Llega el frío del invierno de la vida y conviene acuartelarse para encontrar el calor de los recuerdos, el amparo de los viejos muros recios trabajosamente construidos, para reparar las herramientas y las armas melladas en tantos trabajos y luchas, para ordenar los pertrechos y bagajes acumulados, para descansar y recobrar las fuerzas que necesitaremos en la última batalla.
Para esto es el Cuartel de Invierno.
A MI PADRE NO LE GUSTABA EL ARROZ. FELIZ AÑO
Esto del fin y comienzo de los años no deja de ser una convención, colectivamente asumida. Una de esas convenciones “generales” que nos sirven, personal y colectivamente para algo así como organizar nuestras vidas. Tienen también su incidencia, las convenciones, en ese mecanismo, llamado asociación de ideas, que nos sirve para conocer y aprender y que viene a ser algo así como aquello de que, en nuestra cabeza, siempre “una cosa lleva a la otra”. Resulta un tanto misterioso este proceso de la mente que, previamente a que produzca, se considera ligado al azar, pero que, a posteriori, cuando...