Yo no sabía quien era JUSTA FREIRE MÉNDEZ ni lo que había hecho. ¿Pero quien lo sabía en este país? Cuatro.

En cambio todos sabíamos y sabemos perfectamente quien era Millán Astray y lo que ha hecho. Todos menos, visto lo visto, los Jueces del Tribunal Superior de Madrid.

Lo de los jueces de Madrid, que no tienen claro si Millán Astray  fue importante en el golpe de Estado franquista y en la guerra civil, no es nesciencia, es ignorancia pura y dura, que viene a ser no saber una cosa que tienes la obligación de saber. ES eso o prevaricadora simulación.  Además de ignorancia, real o simulada, lo de este tan farisaico tribunal parece también complicidad con plataformas de la extrema derecha y con partidos como el PP o Vox, para blanquear el golpe franquista, la guerra civil y la dictadura e ir colando en el “panteón de españoles ilustres” a figuras tan siniestras como el citado general.

Arrancaron la placa con que JUSTA FREIRE, honraba y daba nombre a una calle de Madrid para degradarla con el nombre del golpista, pero el efecto de exaltar al golpista e ignorar a la maestra y pedagoga, pretendido por las plataforma ultras que presentaron los recursos y por las derechas radicales que gobiernan Madrid, se frustró.

Ahora los españoles siguen sabiendo lo que sabían ya y, además, recordando las fechorías de Millán Astray. Nada nuevo. Ni siquiera ha cambiado el rechazo general y mayoritario que producen los fans del ¡viva la muerte!, por muchas calles que les dediquen.

Pero algo importante sí ha cambiado  sin embargo. Ahora, la ciudadanía española está descubriendo lo que no sabía en su inmensa mayoría: quien fue y que hizo una mujer ilustre, Doña JUSTA FREIRE MENDEZ.  Zamorana, maestra, pedagoga, alta funcionaria de la administración educativa del Estado y primera mujer en presidir un equipo pedagógico oficial de hombres, represaliada, resistente y “resiliente” a  la dictadura y con toda una vida dedicada a la educación, estando en libertad o estando en prisión. Doña JUSTA FREIRE una mujer que honra nuestro país y que nos honra a todos.

Es como si fuese verdad que hay un dios que escribe recto con líneas torcidas.

 

 

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