Imaginemos que, en el año 1942, -cosa muy posible-, el alcalde de Madrid anunciara conceder la medalla de honor de la ciudad al “pueblo alemán” (sic). Imaginemos también, -cosa menos posible-, que los pro-aliados madrileños se opusieran porque eso era un claro apoyo a los nazis y el alcalde decidiera, entonces, otorgar la medalla a la “comunidad alemana de Madrid” (sic). Es evidente que el alcalde estaría en posiciones pronazis y, por tanto, anti-alemanas y sus opositores serían, en cambio, los genuinos pro-alemanes, precisamente por ser antinazis.

Pues eso es exactamente lo que sucede hoy en la comunidad de Madrid: El alcalde de Madríd, José Luís Martínez Ameida, intenta conceder la medalla, en la actual coyuntura, “al pueblo de Israel” y, ante la lógica oposición al dislate, decide ladina y taimadamente dar la medalla a “la comunidad judía de Madrid”. Con ello trata, evidentemente, de dar su apoyo a Israel, que esta perpetrando el genocidio del pueblo palestino y, al no conseguirlo, lo hace subrepticiamente condecorando a la “comunidad judía de Madrid”, implicando así a los judíos madrileños en el crimen israelí de lesa humanidad. Lo que supone, objetivamente, una actuación nítidamente antisemita, porque una cosa es Israel con su actual Gobierno y otra afortunadamente muy distinta el pueblo judío. Igual que una cosa era Alemania con su Gobierno Nazi y otra el pueblo alemán, por mucho que en su seno hubiese, desgraciadamente, complicidades con el crimen.

Esto explica cómo las actuales formaciones de la extrema derecha, que portan el gen nazi y fascista del antisemitismo, y en cuya cosmovisión se mueven Almeida,  Ayuso o Abascal, en aparente contradicción, apoyan al Gobierno  genocida de Israel. Insinuar la implicación tratar de  implicar “al pueblo judío o a la comunidad judía de Madrid” en los crímenes de Israel es puro antisemitismo, por mucho que haya judíos de extrema derecha o neofascistas, coma hay españoles o de cualquier otra nacionalidad, religión o etnia.

La mayor consideración y mejor defensa del pueblo judío es hoy la condena del régimen criminal Israelí, como fue, en su día, condenar y vencer al nazismo o al fascismo la mejor defensa de los pueblos alemán o italiano.

 

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