ESPAÑA  ENTRE  DOS  “25-DE-ABRIL”

España está “emparedada” entre dos países que sufrieron dictaduras de extrema derecha y que se liberaron de ellas, contundentemente, un 25 de abril: Italia,  el 25 de abril de 1945 cuando el General  Karl Wolff rindió las fuerzas nazis  alemanas ante el Comité de Liberación Nacional de los partisanos en la resistencia; y Portugal,  el 25 de abril de 1974  cuando el Movimiento de las Fuerzas Armadas, con el apoyo popular masivo, obtuvo la rendición de Marcelo Caetano, continuador de la dictadura del Estado Novo, impuesto por Oliveira Salazar en 1933.

Entre estos dos esplendorosos 25 de Abril que derrotaron y depuraron radicalmente las dictaduras de estos dos países, está España. España,  con su dictadura nunca derrotada, sino fruto de la victoria militar de una insurrección contra la legalidad democrática y con su democracia embridada a través de una transición a ninguna parte, patroneada por una monarquía otorgada por el franquismo.

Yo veo la Constitución del 78 y su lectura obligada, establecida el 23-F del 81, como un trampantojo de las democracias europeas. El régimen español se parece una democracia europea y da el pego pero, en el fondo y en realidad,  no lo es plenamente, porque a las democracias europeas  tienen su origen en los principios y valores de la gran Revolución de 1789 en Francia, mientras que el régimen español, pese a sus proclamaciones formales y aparentes, tiene su origen en los Principios del Movimiento y sus “contravalores”, nacidos el 18 de julio de 1936. Y esta diferencia, muy grande de nuestro señor, se nota mucho.

Me malicio de que en España, más que en cualquier otro lugar, estamos necesitados de esa liberadora “revolución pendiente”. Y ya digo que me malicio.

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