Que el neo-franquismo o neo-fascimo, en definitiva, que la extrema derecha gobierne en España está pasando, en un “movimiento uniformemente acelerado”, de la posibilidad a la probabilidad.

Como diría el avieso General Mola, avanzan hacia Madrid para tomar La Moncloa cuatro columnas: desde Murcia, Andalucía, Galicia y Castilla y León. Pero hay una “quinta columna”, infiltrada eficazmente en la democracia española, que será decisiva en la batalla final de esta “guerra civil” que, en España, nunca hemos consumado o amortizado, precisamente porque nunca dejó de haber vencedores y vencidos y tantos cadáveres de las víctimas siguen, ultrajados, en nuestras cunetas.

Siendo la “quinta columna” un “invento táctico” de los militares del franquismo, sublevados contra la legalidad vigente, se practica hoy con entusiasmo y fundadas esperanzas por parte de la extrema derecha española. Lo más activo de esta quinta columna está en Madrid, al igual que en su momento fundacional, y la encabezan Isabel Díaz Ayuso y los suyos, que operan ya en las instituciones democráticas de la capital. Pero no son los únicos y la quinta columna se mueve y actúa, cada vez más descaradamente, en diversos ámbitos e instituciones.  Pude detectarse en la Iglesia Católica y sus organizaciones más fanáticas y radicales, como “Hazte Oír”, “Abogados Cristianos” y un largo etc., y se mueve con muy apreciable influencia en la Judicatura, la Policía, la Guardia Civil y las Fuerzas Armadas. Es evidente la importancia táctica de estos apoyos, que pueden ser definitivos a la hora de la toma del poder, por muy merluzo o zoquete que sea el aspirante a duce, fühurer o caudillo.

Pero representando todo esto un peligro, lo peor es que en estos últimos tiempos la extrema derecha parece estar ganando la batalla ideológica y cultural, gracias a la  ataráxica pasividad de los demócratas, que parecen inconscientes de lo que se avecina, y a la culposa temeridad  del entramado mediático mayoritario, tan eficaz en el blanqueo de la extrema derecha. Tanto, que cabe poca duda de que sea ésta una pieza más de esa facinerosa “quinta columna”.  Todo ello en medio de la creciente expansión de la pobreza, la miseria y la desesperación, que son el mejor caldo de cultivo de todos los fascismos que en la historia han sido.

Y si bien es verdad que la extrema derecha fracasará, porque es objetivamente incapaz de responder con eficacia y eficiencia a las necesidades objetivas y aspiraciones de la ciudadanía: de libertad, igualdad y fraternidad, esto será así a largo plazo, lo que no quita para que, a corto y medio,  una élite criminal pueda imponer un régimen de corrupción, tortura y muerte que masacre a las mayorías  e imponga la ignominia.

Las personas realmente demócratas de este país y sus organizaciones deberían despertar y “mover el culo” para evitar que tengamos que pasar por un nefasto “período negro”, que puede durar hasta cuarenta años y no morirse nunca del todo, como bien sabemos y hemos podido comprobar. Así lo voy viendo.

 

 

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