El próximo año se cumplen cien años del nacimiento de la gran actriz galaico-francesa, nacida en A Coruña, MARÍA CASARES. María Casares da nombre a los Premios de Teatro de Galicia, es hija predilecta de A Coruña y recibió la Medalla Castelao. Es, sin duda, una de nuestras exiliadas más ilustres y el honrarla y haberla honrado, nos honra a todos.
Las instituciones públicas de Galicia, especialmente la Xunta y el Concello de A Coruña, deberían preparar con esmero la celebración de este centenario. Celebración que debiera servir para dar a conocer mejor y divulgar, sobre todo entre las nuevas generaciones, el valor y la importancia de esta ilustre compatriota y vecina. Este sería sin duda el mejor homenaje.
María Casares mantuvo una larga y apasionada relación con Albert Camus, durante la cual se cruzaron una abundante correspondencia recogida en un epistolario, editado en francés y, que yo sepa, nunca traducido al español. Parece ser que en estas cartas María Casares, además de expresar sus sentimientos, habla de sus lazos con Galicia y desgrana significativos recuerdos de su infancia y juventud. Creo que las instituciones de Galicia harían muy bien en impulsar y patrocinar una traducción al gallego de este epistolario.
Una mujer, actriz, gallega, coruñesa, exiliada e internacionalmente reconocida por la excelencia de su trabajo y de su arte merece nuestro recuerdo y nuestro homenaje y nos viene muy bien tenerla como referente.
Creo que nuestras autoridades están a tiempo de preparar bien la celebración del centenario y, si procediese, de realizar la traducción y la publicación del epistolario entre la actriz y el escritor.
A ver si somos capaces, entre todos, de hacerles llegar la idea a nuestros prebostes, que suelen despistarse muchas veces, arremolinados por lo torbellinos de lo contingente, lo circunstancial y lo inmediato, cuando no de lo electoral. Si caen ahora en la cuenta, tendrán tiempo y nos libraremos de la clásica chapuza de quita y pon.