Muy aclaratorias resultaron las declaraciones del portavoz oficial de los obispos españoles, Luis Argüello, una vez firmado el acuerdo con el Gobierno sobre 1.000 inmatriculaciones “erróneas”. “Nunca se ha hablado de devolución”, dijo el Sr. Arahgüello, “sino que lo que la Iglesia ha trasladado al Gobierno es que, en el listado de los 35.000 bienes inmatriculados, se le han adjudicado (no dice quien) erróneamente a la Iglesia bienes que no son suyos”. “Nunca en el documento del acuerdo se habla del término ‘devolución’”, remata el Obispo Argüello.
En sus declaraciones, aprovechó también el portavoz episcopal para señalar el buen ambiente respirado en la visita de Sánchez a la sede de la Conferencia Episcopal, guiada por el Cardenal Omella deslizando que, cuando enseñaron su capilla a Sánchez, allí rezaron “como hacen todos los días” e, inmediatamente aclaró que la oración la realizó el Cardenal. Eso sí, “coram Presidente del Gobierno”. Todo un significativo gesto, naturalmente no previsto ni señalado en el protocolo, pero muy eficaz para dar carnaza y barrer para casa.
Me parece que es importante conocer estas declaraciones del portavoz de la Jerarquía católica española, reflexionarlas y sobre todo aprender de ellas, porque son muy reveladoras y aclaratorias de que los obispos españoles son hombres de fe…de muy mala fe. Y el Gobierno, con sus técnicos y políticos debieran haberlo tenido claro, pero no parece que sea así, porque siempre tropiezan con la misma piedra. Ya dicen que lo decía el otro: “Sobre esta piedra construiré mi Iglesia”. Y ahora, todo dios a tropezar en ella, una y otra vez. No aprendemos, pienso yo.