Que el comportamiento de “Las Eléctricas” es abusivo, insolidario, de una codicia desmedida, políticamente perturbador y de tinte insurreccional, parece evidente. No se entiende semejante carrera de desmesura empresarial si no hay, además de una patológica avidez en la explotación de una industria y un servicio, alguna perspectiva desestabilizadora. Inquietante.

Pero más inquietante aún es la posición de la mayoría del Gobierno. De la parte del PSOE por lo menos. Porque o son débiles e incapaces de afrontar un problema económico y social de envergadura, pero  elemental,  o, lo que sería trágico, porque son cómplices de una agresión canalla a los más desprotegidos de la sociedad, a las pequeñas y medianas empresas del país y al conjunto de los consumidores. La cosa da que pensar.

Puestos a ello y si observamos el imparable trasiego de las puertas giratorias, podríamos concluir, con fundamento, que el bipartidismo, superado y apartado democrática, legal y legítimamente de las instituciones públicas, no acata la voluntad popular y se atrinchera en los centros de decisión económica del país, de carácter estratégico, como son “las eléctricas”, para seguir mandando. De hecho, la tan notable y amplia presencia de prebostes del PP y del PSOE en decisivos consejos de administración, con remuneraciones astronómicas, es mucho más que un indicio. Mal asunto.

No es extraño, pues, que la subida de la luz y otras maniobras se estén empleando ya para resucitar el bipartidismo, devolver el poder al PP o, cuando menos, desalojar del Gobierno a PODEMOS. Y no porque esta formación sea extremista, populista, comunista, como pregonan los corifeos de la farsa mediática, que nada de eso es y lo saben, sino porque en realidad, son los de PODEMOS los verdaderos socialdemócratas. Y ni siquiera eso pueden tolerar. Por eso los ministros, se dicentes socialistas, dicen que poco o nada se puede hacer, pero quizá sea porque, en el fondo, muchos de ellos sueñan, embelesados, con la añorada “pax nefasta” de la alternancia bipartidista. Una penita.

Fortalecer simplemente la moderación socialdemócrata va requerir que, en las próximas elecciones, se amplíe y fortalezca la representación de fuerzas a la izquierda del PSOE, aunque solo sea para pactar con ellos y hacer algo. No parece haber otra.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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