Yo no sé si a Pedro Sánchez le conviene, desde una perspectiva meramente partidista, el comportamiento mayoritario en los partidos de la oposición, concretamente del PP y de Vox. Puede que le venga bien porque la calidad y cualidad de la citada oposición es baja, cuando no ridícula y esperpéntica. Ahora bien, desde el punto de vista político y democrático y desde los intereses de la ciudadanía la baja calidad de la oposición es perjudicial, da mal rollo y mina la moral política de la población. Desde aquí siempre es deseable una oposición fuerte, rigurosa, firme y constructiva. Sin embargo, incluso en una crisis como ésta, el PP y Vox están cayendo, no ya en la levedad y la inoperancia opositora, sino sobre todo en la vileza y la ruindad, que hace noble y excelente a cualquier adversario contra el que disparen. Tampoco sé si, a estas dos formaciones, la villanía y la bajeza les serán algún día rentables desde el punto de vista electoral o partidista pero, cada día que pasa, está mas claro que crece el número de las personas liberales y conservadoras del país incómodas, avergonzadas e incluso heridas en su dignidad personal por el comportamiento abyecto de sus dirigentes o portavoces. Hay que decir, en honor a la verdad, que en esta ocasión hay que salvar al Cs de Inés Arrimadas. De los tres de Colón van quedando dos.

LILA captó, entre las Meninas de Canido (Ferrol), esa puerta por donde hay que expulsar a la infamia.

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