Los actuales dirigentes del PP están desconcertados. Lo mismo a grito pelado y con ampuloso postureo reclaman un mes de luto oficial, que se montan una alegre y jacarandosa fiesta, saltándose todos los protocolos de seguridad, por la clausura del hospital del IFEMA. Lo mismo reclaman mas centralización y más café para todos en las autonomías, que anuncian negarse a renovar el estado de alarma para cargarse el mando único ante la pandemia.

El estado de alarma faculta al Gobierno, entre otras cosas, a meternos a todos en casa para protegernos. Sin el estado de alarma el Gobierno no podría hacer semejante cosa, ni para protegernos. Si, como propone el PP, ya no se necesita el estado de alarma, entonces la pandemia está ya vencida o suficientemente controlada en España y nadie nos podrá impedir salir de casa según nuestro individual criterio. Esto sería reconocer un gran éxito de la política aplicada por el Gobierno que, en menos de dos meses, habría vencido o controlado al virus -único país del mundo en conseguirlo- y reestablecido, digamos, la normalidad constitucional. Si, por el contrario, la pandemia solo está parcialmente contenida pero sigue activa, con muertos incluidos, y los rebrotes son posibles e incluso probables, ¿qué sentido puede tener oponerse a continuar con el estado de alarma? Ninguno, salvo que se aplique el diabólico y cínico principio de “cuanto peor mejor” y que alguien piense que le beneficiaría una catástrofe sanitaria, porque así fracasaría el Gobierno y podría caer. Se trataría de asumir un salvaje “cueste lo que cueste”, que no dudaría en contribuir, si bien subrepticiamente, al fracaso de las medidas contra la pandemia. Lo cual es una canallada impensable. ¿Como se puede entender, entonces y con la que sigue cayendo, una negativa de Casado a la continuidad, temporal y específicamente delimitada, del estado de alarma? Pues yo creo que se debe al enorme desconcierto en que viven los actuales lideres del PP que, colocados entre VOX y Cs, no saben qué oposición hacer. Por lo complicado de la situación pero, sobre todo, por su insolvencia y bisoñez. Casado está desconcertado: un día hace una “visita oficial” a un supermercado, otro se retrata “dialogando” con un rebaño de ovejas o, al siguiente día, “pasa revista” a un grupo de sanitarios en correcta formación castrense y en posición de firmes. El PP tendrían que hacérselo mirar y pronto. Deberían “ ir por urgencias”.

Desconcierto. Calle de San Giminiano (La Toscana) que se sube bajando y se baja subiendo.

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