Casado, supongo que con su equipo, con la anuencia de Ayuso y oídos sus asesores, ha decidido invitar al acto de la Convención del Partido en Madrid a Nicolás Sarkozy: un convicto por corrupción y tráfico de influencias, con tres años de condena y, sabido es hoy, que con otro año más por financiación ilegal de su candidatura a unas elecciones. Un prenda, vamos. Casado ha dicho que se siente honrado con la presencia del corrupto francés, ha alabado su gestión y lo ha puesto de ejemplo a seguir. En fin, un alabar a dios.

Si Casado, Ayuso, y sus equipos hacen esto, es que consideran que la compañía y la amistad pregonada de Sarcozy, por corrupto que sea, que lo es, les beneficia ante su electorado actual y potencial, que quieren convertir en mayoría. Lo que revela la imagen y concepto que tienen Casado, Ayuso  y sus equipos sobre los ciudadanos españoles susceptibles de votar derecha y centro derecha. Los y las votantes de la derecha por lo tanto, según Casado, serían personas perfectamente compatibles con la corrupción, admiradoras de los corruptos y de los  ladrones y susceptibles de seguir estos ejemplos. Serían, en definitiva, un colectivo corrompido o dispuesto a corromperse “sin complejos”.

Es decir, o bien Casado considera que sus votantes, actuales y potenciales, constituyen un verdadero “estercolero moral”, o bien trata de blanquear a Sarcozy y, eventualmente o si necesario fuese, a potenciales o presuntos corruptos, como podrían perfectamente ser Aznar o Rajoy, con lo que consideraría que sus votantes actuales y potenciales son una panda de lerdos y cretinos que tragan lo que les echen.

Es evidente que una gran mayoría de las gentes democráticas, con posiciones conservadoras, democristianas o liberales ni son corruptos, ni compatibles con la corrupción y mucho menos lerdos o cretinos, con lo que se demuestra que esta franja de la ciudadanía no se merece dirigentes como Casado o Ayuso y sí, en cambio, necesitan  la refundación radical del PP o, en su defecto, la creación de una nueva organización política que los diferencie del neo-franquismo de Vox y que los represente con dignidad, con altura moral y con eficacia política.

Por con quien anda, sabemos quien es Pablo  Casado, pero también para lo que sirve y a quien sirve. Creo yo.

 

 

 

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