¿Intentará Feijóo asumir la presidencia del PP sin dejar la presidencia de Galicia?

Solo con que lo haya pensado ya sería malo, pero si lo intenta o lo consigue será peor. Será muy malo. Muy malo para Galicia, que sería plato de segunda mesa y  sórdido refugio de fracasados y perdedores; muy malo  para el PP que se pudrirá y culminará su proceso de descomposición;  y  muy malo para Feijóo que se calcinará en la hoguera de la felonía y  de la corrupción.

¿Por qué pienso que Feijóo y su círculo pudieron pensar en esta posibilidad?

Primero, porque es muy difícil resistirse a la tentación de reflexionar e incluso de elucubrar, dado el sindiós que está montado en la derechita. En la  cobarde, en la bizarra, en la “trumpista” y entre ellas.

Segundo, porque el carácter cauteloso, precavido y de artera seudo-prudencia del  señor Feijóo, hace que cueste imaginárselo saltando sin red en el trapecio del circo de las derechitas.

Y tercero, porque si, como parece lo más probable, la intención y el objetivo es  buscar un apaño, amaño, componenda o arreglo para que el PP vuelva a ser lo que fue, tratando de  volver al tan añorado modelo de alternancia que  fue el bipartidismo, la realidad social y política pueden hacerlo imposible y, ante el fiasco, es bueno asegurarse un refugio confortable para la retirada. Lo que sería Galicia.

El problema está en que recuperar el PP ni será conveniente, ni siquiera será posible en un sano desarrollo de nuestra democracia, y lo necesario sería, sí, refundarlo o fundar un partido de centro-derecha y de progreso que defendiera en impulsara los idearios e intereses de los demócratas que son conservadores, democristianos o liberales.

Y para esto a Feijóo le sobran la astucia, caución, trastienda y prudencia, que tanto ha practicado, pero le faltan el brío, la intrepidez, el coraje, la audacia y la determinación. Virtudes en las que siempre ha flojeado, pero que ahora resultan imprescindibles si se pretende realmente reconstruir el centro-derecha y no simplemente aplicar un remiendo o parche, que solo le vendría bien a la ultraderecha y a los nostálgicos de franquismo y neofascistas para colarse en las instituciones centrales del poder y demoler desde dentro la democracia.

Con la refundación política del centro-derecha, triunfaría Feijóo, avanzaría la democracia y ganaríamos todos. Con el parche  o remiendo del PP avanzaría la extrema derecha, peligraría la democracia, perderíamos todos, incluido el propio Feijóo que, inevitablemente, fracasaría  y dejaría un rastro maloliente de su paso por la política.

Hasta al mismísimo Feijóo le convendría ahora optar por el camino más difícil y complejo, pero que es el mejor camino. Me parece a mí.

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