Creo que, efectivamente, es necesario buscar un acuerdo mayoritario de las formaciones políticas para afrontar lo que ha sucedido y lo que se nos viene encima. Y es imprescindible acertar en el contenido de ese acuerdo, que debiera ser ampliamente aceptable y aceptado. Pero hay condicionantes previos que se debieran superar antes de empezar a hablar:

1.- Las referencias contaminantes al pasado, sobre todo si poco o nada tienen que ver con la situación actual y con lo que ahora se trata de conseguir. En ese sentido, no fue muy acertada la referencia a los pactos de la Moncloa, que pudieron tener lo suyo en su momento, pero que hoy confunden más que aclaran.

2.- Es muy dudosa la fiabilidad de la cúpula del PP actual, como interlocutor para alcanzar un acuerdo razonable. El primer partido de la derecha no puede estar teledirigido por un elemento como Aznar que ya es pasado, cada vez más rancio, y que se mantiene como pretendida referencia recalcitrante de un modelo neoliberal que es precisamente lo que hay que superar, por haber fracasado rotundamente a escala planetaria. El PP necesita romper amarras con FAES, un aggiornamento antes de sentarse a la mesa

3.- Los políticos, unos más y otros menos pero todos mucho, necesitan altura y amplitud de miras porque el trabajo no es a corto, sino a medio y a largo plazo, y, sobre todo, han de recuperar la credibilidad hace décadas perdida. Hoy, en su inmensa mayoría, no son creíbles.

Por eso no es extraño que, no sé cuantos, pero una gran parte de la ciudadanía, por escarmentada, esté mosqueada, no se fíe y piense aquello de “REUNIÓN DE PASTORES, OVEJA MUERTA. Y así da igual que haya acuerdos o no, no servirán.

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