He leído con atención este magnifico libro testimonial de homenaje de los compañeros y compañeras del PST a YOLANDA GONZÁLEZ M., la muchacha  en la flor de la vida, estudiante, activista y militante del PST,  asesinada por matones de Fuerza Nueva el 1 de febrero de 1980. Diecinueve años tenía. Fueron a buscarla su casa, haciéndose pasar por policías, la llevaron a un descampado y le pegaron tres tiros. Eran seis hombres los asesinos.

Es un  libro coral con aportaciones de  sus camaradas y amigos que desgranan sus recuerdos, vivencias, reflexiones  y experiencias después de que “la tierra haya girado sobre sí misma 14.600 veces” desde el asesinato de Yolanza, como dice en el prólogo su camarada y amigo, Jacobo Bermejo.

Este libro, a mi juicio, enseña y demuestra muchas cosas entre las que destacaría, para mí, las siguientes: La llamada transición no fue tan pacífica como nos quieren hacer creer los presuntos dueños del relato. Fue un proceso con mucha violencia por parte de los grupos terroristas de todo pelaje y de las fuerzas de seguridad del Estado. Las movilizaciones sociales intensas durante años fueron las que obligaron a los capitostes a buscar una salida democrática que, eso sí, descafeinaron lo máximo posible. Las luchas y movilizaciones contra la dictadura y por la democracia, desarrolladas por organizaciones sociales y políticas de la izquierda, como el PST por ejemplo, fueron la gran escuela y universidad donde se formaron varias  generaciones de jóvenes a base de debate, estudio, reflexión y activismo  que forzaron los cambios, soportaron el desencanto posterior, provocado por la evidente anorexia democrática del sistema, pero son responsables de todo lo decente que se construyó y se impuso y que, siendo limitado, es esencial para seguir avanzando. Precisamente por lo del debate incansable y el activismo social y político de caracterizaron los grupos del universo trosko, en el que giraba el partido de Yolanda. Lo aprendido por aquellos y aquellas jóvenes quedó grabado a fuego en sus conciencias y esto es lo que les permite, cuarenta o cincuenta años después,  reencontrarse con una perspectiva política de fondo, en las luchas feministas, ecologistas, humanitarias, antirracistas o democráticas, hoy vigentes. Su aprendizaje y su lucha, no solo fueron útiles, sino que se trasmiten, por una suerte de ósmosis histórica, a las generaciones actuales y futuras.

Un excelente homenaje a Yolanda Gonzalez; una colección de artículos testificales muy útiles para ir estableciendo el relato verdadero de la transición, hoy tan adulterado; un libro de ANDAVIRA EDITORA (2020), ágil, lúcido y denso, pero que se lee de un tirón.

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